miércoles, 5 de diciembre de 2007


EN UN GRAN BARCO


La mano soltó la cortina, cerrando así la visión de su última despedida. Ya no le volvería a ver. No cómo lo habían hecho hasta ese momento. El viaje era inmediato y aunque hablaron del regreso, en su interior no le esperaría. Su corazón tomó la decisión según salio por la puerta.

Las paredes se tornaron de una oscuridad ante sus ojos, todo giro de repente y su último recuerdo de ese momento fue el sentirse cayendo al suelo. Al despertar, sus ojos se quedaron al principio fijos en la lámpara del techo. En su mente aún guardaba un recuerdo del que tendría que saber hacer desaparecer. El ruido de la puerta al cerrarse tras de él no la dolería, no podía permitírselo.

Se levanto del suelo colocándose el vestido y arreglándose el pelo, se dispuso a salir de la habitación. Bajo por las escaleras. Escalón tras escalón, se enfrentaría con su nuevo destino. Cruel para ella.

Al llegar al salón la esperaban los invitados para celebrar su pedida de mano. Todos menos ella mostraban en su rostro una alegre sonrisa. Su padre, el principal causante de tal desastre, tomo su mano para colocarla junto a la de su prometido. En ese momento no pudo ocultar las lágrimas de sus ojos, que fueron tomadas por las demás personas cómo anuncio de su alegría. En lo más profundo de su pecho, justo en el centro de su corazón se instalo una punzada y se la iría haciendo cada vez más dolorosa con el paso del tiempo.

Los años fueron transcurriendo, y ella siempre manteniendo su dolor oculto a los demás para no preocuparlos. Siempre intentando hacer felices a los que tenía a su alrededor, ya que no podía hacer lo mismo por su propia felicidad.


En un nublado día de otoño, salió a pasear con su caballo por las anchas llanuras cubiertas de hojas caídas. Al llegar a la colina, desmonto para sentarse tranquilamente a contemplar la puesta de sol bajo un árbol. Esos momentos de tranquilidad era lo más placentero para ella. Estando ensimismada mirando ocultarse el sol lentamente, con un espectáculo de colores ante sus ojos no escucho llegar otro caballo por detrás. El jinete desmonto despacio y camino hasta donde ella se encontraba sentada. Sin quitarse el guante de montar de la mano la colocó justo en el hombro derecho de ella. El susto provocó que se levantara con brusquedad y se pusiera en guardia contra lo que la había tocado por detrás. Al mirarlo de frente, se quedo sin poder moverse. No podía ser verdad. ¿Estaría soñando? ¿Podría tratarse de una alucinación o realmente aquella persona era él?

Se quedaron los dos contemplándose sin hablar mientras sus ojos se miraban fijamente. No saben durante cuanto tiempo permanecieron contemplándose el uno al otro, mientras la luna brillaba con toda su intensidad.

Al darse cuenta de lo tarde que era, ella se sintió muy angustiada queriendo marcharse lo antes posible. Mientras sostenía su mano en la de él, la dijo que la acompañaría hasta su casa. Por el camino hablaron cada uno de los hechos vividos y fueron sintiéndose cada vez mejor estando juntos.

Así fueron viéndose con asiduidad en el mismo sitio. La atracción que habían sentido ambos en el pasado se les instalo de nuevo en sus corazones. Una de las tardes mientras los rosas y amarillos del cielo parecían como pinceladas de un óleo, decidirían marcharse juntos. Lo harían en un barco. Un gran barco. Irían a un nuevo mundo.

En unos días con el equipaje preparado, le espero en el mismo árbol. Al llegar él, monto en su caballo y se dirigieron hasta el puerto de donde zarparía el barco. El lugar era pequeño para la cantidad de gente que allí se encontraba. Parecía que toda la ciudad se hubiera dado cita en el mismo sitio. De todas formas, ya nadie les podría volver a separar. Embarcarían y viajarían juntos muy lejos…

Bien y mal

La señora tenía entre sus manos muchos secretos, algunos de los cuales eran muy beneficiosos para ella misma. Trabajaba cuidando a Leonor (una señora mayor) como interna. Para ella el trabajo era un beneficio en si, ya que su anterior situación había sido muy mala. Se ha propuesto vivir una vida mejor y no la importa para conseguirlo el sacrificar a los demás para ello.

Su trabajo es complicado, sobre todo por que el cuidado de las personas mayores así lo es. Conoce bien las dificultades que pueden padecer las personas mayores y esto son cartas que baraja muy bien. La costó mucho salir de su país e ir a vivir a otro que la vendieron como el gran país de los sueños, del que después descubrió que no era así. La vida resulta dura también aquí, aunque sería más llevadera si su hija también viniera a vivir con ella. Que bien se sentiría si consiguiera que dejara al cerdo con el que compartía su vida. El padre de su nieto. Hombre al que odió desde el principio, mucho antes de que dejara embarazada a su hija.

Los días van pasando, y se la hace cada vez más difícil aparentar cariño hacia aquello que no se quiere. No puede dejarse caer hasta conseguir su sueño. Quiere tener a su hija con su nieto junto a ella y si la consiguiera unir con un hombre al que pueda manipular, haría realidad el sueño. En este país la gente no mira tanto por el dinero, todo lo sacrifican por no sentirse solos (lo que hace tener dinero, pensó). Llegan buscando mujeres a mí país por ser más jóvenes y tantas son las ganas que tienen de salir de su situación precaria que se dan por muy poco (necios son si piensan eso).


La situación poco a poco se la iba escapando de las manos. Leonor, de la que tantas veces se quejaba necesitaba de cuidados más específicos. Su familia planeaba buscarla un lugar mejor que su domicilio para su salud. Al infórmala de ello, rápidamente tenia que modificar lo que pasaba. No podía consentir quedarse sin ese trabajo, sin ese piso, sin esos sueños…ella que solicitaba ayuda para realizar su trabajo aludiendo que era mucho para una persona sola, tenia que darle un giro a esa situación. La sola idea de perder aquello la hacia estremecer.

De la noche a la mañana, la salud de Leonor fue mejorando paulatinamente. Nadie comprendía una mejora tan repentina. Todos los que la querían y respetaban se alegraron por ella, sin saber todo lo que aquello estaba representando.

El primero en indagar fue su médico. La extraña mejoría en la salud de su paciente le llevo a revisar su medicación. La realizo analíticas tanto de sangre como orina, al igual que otras pruebas. Los resultados le llegaron con carácter urgente. Sus ojos se agrandaron al comprobar que muy poco le hubiese faltado a Leonor para no haber podido remontar su estado de salud. Aquellos resultados eran muy claros, se la había estado suministrando un compuesto químico. Fuese quien fuese el que lo hiciera, llevaba tiempo haciéndolo.

Una llamada a las autoridades fue lo primero que se le ocurrió al médico. Conociendo a los familiares de Leonor, ninguno de ellos seria capaz de tal cosa. Decidió enviar una muestra desde el laboratorio de análisis clínicos a otro de investigación científica donde trabajaba un amigo suyo de la facultad.
El teléfono sonó al día siguiente. Aquel compuesto químico no era conocido. Tan solo se fabricaba por encargo desde fuera. Una mezcla extraña que se utilizo en el pasado. Lo hablaremos todo mientras tomamos un café.

En la cafetería después de saludarse y hablar un poco de cosas pasadas sacaron el tema del compuesto. Las cosas que le comentaba sonaban a película de ficción. Parecen cosas sacadas de un telefilme.
-Tienes que salir más, ser médico no es sinónimo de ostracismo.
-Yo creo que eres tú el que no tienes que creer en tantas historias que te cuentan.
-Mira, ahora que vamos de camino a mi casa te voy a pasar una película antigua que habla muy bien de todo eso. Se titula La Serpiente y El Arco iris. En serio, es buena película. Aunque no tenga mucho que ver con nuestra cultura, existen muchas cosas que escapan a las explicaciones lógicas.
-siempre has sido un tío raro en la facultad jajajaj
-Bueno, raro pero simpático.
Continuaron hablando hasta llegar al domicilio del amigo. Allí se despidieron los dos. Dando vueltas a todo lo que le había contado hasta que llego a su casa, se puso cómodo y desde el sofá observo la película. Que extraño titulo para todo lo que se representaba en ese film. ¿Realmente se podría hacer esas cosas?

Lunes por la mañana. Aviso en el centro de salud. Mensaje grabado en el teléfono de uno de los familiares de Leonor.
-Por favor, cuando escuchen este mensaje pónganse en contacto con nosotros. Es urgente.
Al bajar a la consulta y hablar con el médico los dos decidieron poner la información en manos de la justicia. Fueron al domicilio, y al analizar varios alimentos encontraron en muchos de ellos mezclado aquel compuesto.

La orden de busca y captura contra esa señora aun se encuentra sin resolver. Leonor se encuentra felizmente en casa de otro de sus familiares. El piso se vendió.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

El Baile en el Castillo



Cuando todo parece solitario y oscuro, dentro del castillo se encienden los candelabros. Se iluminan los pasillos y el gran salón de baile. Los invitados van despertando a la fiesta. Cuerpos inertes, comienzan a moverse. Dejando atrás sus ataúdes, desempolvando sus ropas y arreglándose los cabellos, se dirigen al puente que cruza el río para llegar al castillo. Por el camino se encuentran unos con otros, saludándose mientras avanzan. Las aguas del gran río caudaloso, no las pueden cruzar si no existiera aún el puente. Los vestidos de las damas, muestran sus telas que deberían encontrarse deteriorados por el tiempo, lustrosos y coloridos. Los caballeros mientras caminan, recolocan sus casacas al igual que los ribetes de sus camisas. En sus rostros, de tez blanquecina, se dibujan las sonrisas por la emoción de ser convocados al baile. Unos y otros, según llegan a la entrada, son recibidos por un mayordomo que les ofrece su bebida favorita en una copa de cristal. Según la beben, sus cuerpos son fortalecidos y su piel muestra un aspecto más vivo.

La música en la sala de baile ha comenzado. El sonido del clavicordio, violines, arpas, y con ellos, se da por abierto el baile. Todos se encuentran ya en la sala, colocados para danzar con el ritmo que se desprende de los instrumentos. Cogidos por los dedos de sus manos, avanzan según los pasos. Danzando unos con otros, celebrando estar todos juntos.

Ante el Minueto, las damas muestran el tacón de sus zapatos, levantando levemente el largo de la tela de sus vestidos. Los caballeros que con rosa en la boca, colocados frente a ellas, danzaran acompasando sus pasos. El 1 2: demi-coupé reconocidos por ambos.

Es su tiempo, su espacio, todos son bien recibidos. ¿Todos?...No. Sólo los invitados al baile. Aquellos incautos, personas de sangre caliente u otros seres, serán rápidamente presos o aniquilados. Se trata de una celebración de seres llamados “fríos”. Son respetuosos ante todo. Ellos, ante ningún concepto, entraran en casa de otros sin ser invitados; una vez invitados, qué se marchen o quieran hacerlo, será distinto.

Los bailes, se convocaran para celebrar, presentar a las nuevas adquisiciones, etc… y serán respetados por todos. Existen unas reglas que todos conocen, y se deben cumplir. En su finalización, todos abandonaran la sala y el edificio dónde se celebre el acto. Regresaran a sus lugares respectivos, sin dejar huellas de su paso.

Notas de autor: es algo que comenzó como historia, y luego modifique. No será del gusto de todos, por supuesto, pero si lo es del mío.



Ante Ávila y sus murallas
Me llenaste por dentro
Con tú esencia
Qué aún dormía
El cuerpo me fue cubriendo
Por entero de sentimientos.
----
El corazón despertaste
Para enseñarme
Un amanecer dorado
Brindándome el momento
De poder contemplarlo
A tú lado.
----



Cuando me pides palabras
Que no soy capaz de decir
No pienses qué por callar
Ignoro lo que decís.
----
Entre tus brazos
Mi cuerpo
Entre tus piernas
Me pierdo
Llenando de tú calor
Los labios por entero.
-----
Suspiro por un ¡Hola!
Me alegro por un “Te quiero”
Caigo por “Amor”
Y por los besos…
Por los besos,”Te anhelo”.
----
Libres somos, cual pájaros
Volamos lejos del nido,
Buscamos sin querer
Lugares donde encontrarnos,
Más no queriendo ataduras
Nos decimos a diario.
Ni siendo llave, ni candado
Tampoco reja o techado
Anoche me lo dejaste claro.
El día despunta temprano
Y el camino,…
Hay que andarlo.

Aquella Historia del Monasterio de Ucles








Aquella historia del Monasterio de Ucles
Se encontró mirando por los grandes ventanales que permanecían abiertos. La mirada iba más allá del patio al que veía. Su sonrisa dibujada en su cara, definía su estado de animo en ese momento, una felicidad inmensa por dentro lleno su corazón.
El retumbar de los caballos, se podía percibir desde lo lejos. Sonó con su llegada, el regresaba del combate sin ningún rasguño ni herida grave. El sol brillaba con un resplandor casi infinito, y los dos se besan en un enorme beso de amor.Ahora la luna era la que brillaba en el cielo, negro sin casi color, solo adornado místicamente por unas nubes blanquecinas que amenazaban con acercarse y tapar aquella luna.
Si las cosas hubieran pasado como en mis sueños, que feliz hubiera sido. Ella era consciente de que él había muerto. Ya no volvería a verle vivo, sobre su negro corcel y con su bella armadura. La habían contado que su cuerpo fue alcanzado por las flechas, que atravesaron su armadura como si fuese papel de pergamino, nada pudieron hacer por vida entonces.
Ella todas las noches dormía con la idea de su promesa, le había prometido esperarle aun si moría en el combate. Él la dijo que aun así volvería y ella le creyó.
Esa misma noche, sintió algo extraño y por eso salio a asomarse al corredor. Tenia que ser él a quien sentía, nadie más la causaba esa sensación.
La noche era fría y esa especialmente, con una ráfaga de corriente que movía su blanca bata larga de lino y su fino camisón largo, dibujando su figura con el roce contra su cuerpo. Su largo pelo se dejaba acariciar por ese aire, revoloteando hacia atrás, mostrando su firme rostro y sus marcados rasgos. El aire comienza a silbar, y traer un eco de los pasos de un caballo. Aquel no era el eco de un galope si no más bien parecía un caballo cansado, un arrastrar de pisadas. Y con el eco, tras una breve espera, una figura de un jinete sobre un caballo. No pudiendo esperar más, sin pensar en quien podría ser o su estado, descendió por las escaleras que daban al patio para salir a verle. Sus pasos no sonaron ya que iba descalza cuando despertó y fue a esperar al corredor. La arena del suelo se la clavaba en la planta del pie, pero eso no era suficiente para pararla y poder ir al encuentro de su amado, viniera como viniese, había cumplido su palabra y ella también.
Al acercarse, sus ojos observaron que nada vivo podía ser. El caballo con sus ojos encendidos de un color carmesí la mantenía la mirada, aunque sin mostrar desafió si no, más bien respeto. El jinete desmonto del caballo, para dirigirse junto a ella. Su cuerpo con una armadura casi intacta, no mostraba huellas de agujeros de flechas, solo una gran abertura, en el centro que parecía más bien causada por la punta de una lanza clavada desde la espalda, con lo que, o lo que la habían contado no era cierto, o aquel jinete no era su amado. Sin miedo, camino hacia él, sintiendo en su interior ese latir en su corazón que solo sentía cuando estaba junto a él.
En las historias que se contaban en la iglesia los días que asistía, la causaban risa más que el miedo que a los demás les daba. Eso de que los cuerpos volvieran de entre los muertos para vengarse de los vivos, y se comieran a sus víctimas o se alimentaran de ellas, no lo creía de esa forma, pero por amor, si. Sin pensarlo, corrió hasta él y le abrazo fuertemente sintiendo la frialdad de su cuerpo sin vida. Mirándose a los ojos, sintiendo el amor y el deseo que aun permanecían encerrados dentro del cuerpo sin vida de él, se besaron y fundieron su deseo en ese amor largamente guardado en sus corazones. Sin dudarlo, monto junto a él en su caballo, y se alejaron de aquel lugar de encierro en el que ella había permanecido largamente esperándole.
Él había regresado por ella de donde no se regresa, y lo había hecho por amor a ella y por venganza de aquellos que vilmente le habían matado a traición por la espalda, para que no pudiera cumplir con su palabra de estar junto a ella, para que no pudiera regresar como el héroe que era, por envidia de ese amor que los dos sentían al estar juntos. Lo primero ya estaba realizado, ahora junto a ella, cumplirían su venganza contra aquellos que le habían arrebatado la vida. El amor y la justicia se muestra a veces de tantas formas ...


NEPHERBLUE 

lunes, 1 de octubre de 2007




EL HADA Y EL TAHÚR

Con las últimas gotas de lluvia que aún se dejaban ver, recordó las palabras dichas por él anteriormente. “Dad me un poco de vuestro polvo de hada…sin el, mi juego no tendrá valor…” la niña levanto su mano y le dejo caer un poco de su polvo imaginario encima de las manos de él. Sin darse cuenta, sólo con creer en la magia de los cuentos le estaba entregando mucho más de lo que él había pedido. Le estaba dando el poder de la confianza en uno mismo. Con este poder entre sus manos, todo lo que quisiera emprender le saldría bien.

Todos los allí presentes rieron al comprobar que sus juegos de manos le salían como correspondía a un buen tahúr, eso si, todo poder mágico termina cuando no haces lo esperado por el hada que te lo ha concedido y el Sr. tahúr no fue consciente de ello hasta que ya era tarde. Al mofarse de los poderes del hada, provocó en ella una reacción que no esperaba. La niña volvió a soplar haciendo que la magia volviera a marcharse de las manos del tahúr. Toda la gente que se encontraba presente pudo comprobar los posteriores errores en los juegos de manos. Abucheando al tahúr por ellos.

La reacción del tahúr fue intentar pedir ayuda otra vez a su amiga el hada. Al levantar la vista para hacerlo, el hada ya no estaba junto a él. Había volado ya hasta su mundo imaginario, separándoles una gran distancia. Él se quedo triste llorando la perdida, pero demasiado orgulloso aún para reconocer la magia que había perdido y perdería por siempre jamás…siempre que su orgullo fuera mayor que su corazón.

lunes, 27 de agosto de 2007

La Capilla del Acantilado




La capilla del acantilado 
 Vagas sombras sobresalen por la arena de una larga extensión de tierra. El agua baña la orilla en su ir y venir lento. Ganando cada vez más terreno, subiendo de nivel. La poca iluminación que existe procede de la luna. Luz directa del cielo, reflejándose en el agua oscura. Una criatura emerge de las profundidades, tras un breve espacio de tiempo. Sus grandes ojos se abren. Las pupilas, volviéndose como agujas, le permiten ver a través de la oscuridad. Muy despacio avanza, desplazando su enorme cuerpo hasta la playa. Moviéndose por entre las sombras, busca alimento. El olor que se desprende de sus fauces es irrespirable para un ser humano. La gran cantidad de masa corporal, queda gravada en sus huellas. Sin embargo, a pesar de su gran peso, es rápido. Su sentido olfativo le avisa cuando las presas están cerca. No lo usa mucho, ya que al salir cada diez años a la superficie, siempre hay presas que caen cerca de la orilla. Avanzando despacio, se acerca al lugar de su alimento. Deseando llegar al lugar para satisfacer su hambre. Una vez se acerca al acantilado, se esconde en una gran gruta. Y desde allí, espera el momento a que sus presas comiencen a caer. El ruido de sus tripas, empieza a doler. Quiere salir e ir a buscar, pues nada cae. Los rayos del sol salen por el horizonte. Iluminando las aguas y las rocas, poco a poco ascendiendo hasta hacerse de día por completo. Ahora no puede salir. Debe permanecer oculto. Algo ha cambiado. En otro lugar, las gentes del pueblo comienzan a despertar y salir de sus hogares. Esa noche, ya sea por precaución o superstición, todos se guardan en sus casas. Muchos se han marchado, dejando atrás su antigua vida por miedo. Unos se fueron, y otros ocuparon sus lugares. Les faltó preguntar sobre ese lugar y sus características especiales cada diez años. Y si lo hicieron, faltaron a su cita. El sol permaneció en lo alto, y se fue ocultando poco a poco, dando paso a la luna. El gran astro blanco, permaneció poco alumbrando. Las nubes la ocultaron, creando un ambiente lúgubre. Parecía que la propia luna, quería avisar a los habitantes del lugar que no salieran y se quedaran en sus hogares. Los aldeanos, necios, pensaron que el día señalado, finalizó sin tener que hacer ofrendas al acantilado. Y decidieron hacer una fiesta en el mismo acantilado. En esos mismos momentos, dentro de la gruta, la oscuridad fue permitiendo la salida al oscuro ser que allí había permanecido. Ya no se podía permitir seguir esperando alimento, debía salir en su busca. Una vez fuera de la gruta, se iba guiando por su olfato. Ascendiendo por un sendero que conducía al pueblo desde la playa. La noche le ocultaba de ser visto. A medida que se iba acercando, escucho mucho ruido que provenía de un lugar poco más alejado. Sin pararse apenas, cambio de rumbo. La gente se encontraba bailando alrededor de una gran hoguera. Junto a ellos, un pequeño edificio (la capilla). La gran criatura avanzo hasta tenerlos cerca. Su gran cola le sirvió para golpear a unos pocos, fueron lanzados con gran fuerza por el acantilado. Otros en el intento de huir, se refugiaron dentro de la capilla. Que fue reducida a montones de escombros y cenizas. Unos pocos, sirvieron de alimento al ser oscuro. Bueno, no todos. 
A pesar, de estar la capilla en ruinas, sirvió de refugio. No para muchos, pero sí, dio sustento. 

jueves, 16 de agosto de 2007



EL PUENTE
Por debajo del puente
permanece el agua tranquila
no es la misma,
pues corre todos los días.
Por debajo del puente
siguen las mismas piedras
parecen no cambiar
pero el agua las pule.
Por debajo del puente
pasan los peces
son de lindos colores,
juegan y brincan
es el puente el que permanece
siempre en el mismo lugar
observando con el tiempo
lo que tiende a pasar.


TRISTES PALABRAS
Y los rincones quedaron vacíos
oscuros lugares,
no se volvió a escuchar su risa,
ni su mirada encontró,
sus palabras se fueron
como llevadas por el viento.
cristalizaron sus caricias
helados quedan sus besos,
lágrimas rodaron
y se olvidó,
de los buenos momentos.
El reloj marco las horas
haciendo desaparecer
los sueños.
Sabía que tenía que ser así
que algún día eso sucedería,
nada dura para siempre.
Alejándose tras las nubes
sus pensamientos dejo volar
hubiera deseado no terminar,
pero debía dejarlo marchar.
El viaje sería largo,
y ya no le volvería a ver.
Sintiendo un dolor en su pecho,
le dijo adiós, sin más.

lunes, 6 de agosto de 2007

LA ROSA ROJA
Se cuenta que por las noches de luna llena, un espíritu recorre la abadía. Dicen las gentes del lugar, que se trata del fantasma de una muchacha. Una joven que fue condenada por bruja a una muerte cruel. Según se cuenta, la acusaron un grupo de mujeres del mismo lugar donde residía.- Una historia triste Pedro, de las que te atraen a ti y a tú cámara. Dijo Marcos.- Cierto, parece que se puede investigar y sacar algo bonito. Puede que a pesar de todo, estas pequeñas vacaciones me vengan bien. Con una amplia sonrisa se acerco a la mesa y cogiendo la cámara se dio media vuelta, marchándose. Bajo en el ascensor pensando en la historia contada por su socio. Su mente iba dando vueltas y vueltas a la misma idea. El ascensor de repente se quedo parado un momento entre dos plantas. No le dio tiempo a reaccionar cuando empezó a moverse otra vez. Solo que ahora en vez de para abajo, volvía a subir. Llego a la quinta planta y se paro. Las puertas se abrieron. El estaba esperando a encontrarse con montones de turistas, que en esa época del año, abundan en los hoteles. No fue así. No había nadie esperando. No dándole importancia, se recostó en el rincón de la cabina del ascensor. Justo cuando casi se cierran las puertas del todo, algo parece que se cuela por la ranura; abriendo las puertas del ascensor. Sus ojos se quedaron casi en blanco. Seguía sin haber nadie. Apretando el botón de la planta cero, el ascensor cerró las puertas. Ahora parecía no estar solo dentro. Es como si algo se encontrara observando por detrás. Se volvió, pero no había nada detrás de él. Llegó a la planta baja, y salió. Paso por al lado de unas señoras que se encontraban hablando en un sillón frente a recepción del hotel. Una de ellas, llevaba un gatito en un transporte para gatos. Se dio cuenta de que era un gato, porque este justo pasó por su lado se erizo. Las señoras dejaron de hablar para mirarle por ello. Intentando la dueña del gato tranquilizar al animal. Salió del hotel para ir por su coche. Se lo acercaron a la puerta. Se fue con dirección al lugar de la leyenda. Una vez allí , se dispuso a mirar los mejores puntos para la luz y capturar imágenes. Mirando desde su objetivo, una imagen apareció ante él. Entonces aparto la cámara y, nada otra vez. Allí no había nadie más que él. Continuó haciendo las fotos, cambiando de lugar. Fue entonces cuando en una de las lapidas que alrededor se encontraban, vio algo que le llamo la atención. Un enorme gato negro se encontraba tumbado y mirándole. Con su cámara le hizo una foto al gato, que parecía estar posando para la ocasión. El gato se levanto y camino muy despacio. Se puso entre sus piernas y se restregó contra ellas. Cogiendo al gato en brazos, se puso a ronronear.- vaya, sabes que eres uno de los pocos gatos a los que les gusto. Muy suave a demás. Sentándose con el gato en sus piernas, le miro a los ojos. Entonces esos grandes y verdes ojos, con sus enormes pupilas; le abrieron un portal al pasado. El tiempo es como si se parara un segundo en su vida. Se encontraba en el mismo lugar en distinto tiempo. Rodeado por personas desconocidas. La luz había cambiado. Las gentes parecían no verle. La sensación de estar dentro de una película en vivo y en directo. Una muchacha sobresale sobre todos los demás. Vestida de blanco algodón, sobre un cuerpo esbelto. Un grupo de jóvenes muchachas la miran desde mi lado. Critican su belleza. Parecen envidiar su imagen. Dé repente, todo vuelve a girar a gran velocidad. Creo que me estoy mareando. Me encuentro en una habitación. Ahora la muchacha de blanco se encuentra llorando a los pies de un hombre, que por sus vestiduras, parece ser un obispo. El la aparta de su lado, y se marcha dejándola sola. Ella se acerca a un escritorio. En un papel pergamino escribe y luego, levantando una losa del suelo; esconde lo escrito. Un dolor en mi mano me despierta de ese estado. El gato me ha mordido. Se baja de mis piernas y parece qué quiere que le siga. Voy detrás y entro en las ruinas de lo que parece una abadía. El gato me lleva hasta la losa, y se para en ella. Me agacho y retiro la losa. Encuentro un pedazo de tela envolviendo un papel de pergamino. Lo abro y traduzco lo que en el hay escrito.
“Cruel y triste es mi destino,
en nadie puedo confiar.
Aquí escribo en un pergamino,
mi pequeña realidad.
Por ayudar a mis padres
me pusieron a trabajar,
En casa de un obispo,
qué conmigo quiere casar.
Rechazarle yo,
pues no le quiero
Al no aceptar mi respuesta,
soy condenada por bruja
Prefiere que muera en la hoguera
a verme en manos de otro.
Se que ayudarme no pueden
La gente de éste lugar,
Por eso me prometo volver
Hasta que la nota sea encontrada”
Se quedo callado, pensando en lo que había leído. Miro al gato, que ante sus ojos se transformo en una gran rosa roja.

martes, 24 de julio de 2007

¿Me Preguntas?




¿Me preguntas? 
Pegadas en nuestros pies 
Se haya las huellas de ayer 
Ya no las quiero volver a recorrer
 No tenga un traspié 
Lunas enteras te espere 
Pensando que podías volver 
Recuperar momentos pasados 
Sin saber el porque. 
Que cruel es a veces el propio deseo
 Intentamos hacernos ideales 
Escapamos de realidades
 No viendo el crudo mundo. 
La idea de empezar de nuevo
 Fue dura en su momento
 Luego comienzas el camino 
Y con esto me pregunto 
¿Dónde será en el mundo de verdad?

NEPHERBLUE 

martes, 17 de julio de 2007

Te veo



En esa sombría mañana, despertó con sudores después de dormir. Su pijama estaba empapado en sudor, se lo quito para dirigirse a la ducha. Extrañas imágenes pasaban por su cabeza cuando cerraba los ojos, cosas que no llegaba a comprender.
Tenia que entrar en el museo por lo menos quince minutos antes que todos los días, ya que hoy en especial, traían una nueva adquisición. Se trataba de un viejo retrato de un ojo, si, solo un oscuro ojo pintado.
La ducha fue rápida, vistiendo su uniforme deprisa para no llegar tarde. Salio y se dirigió al museo. Vivía a pocas calles de él. Con lo que hoy tendría tiempo de desayunar antes de que trajeran el cuadro, colocar todas las medidas de seguridad antes de abrir el museo. Aunque ella pensó, que ese cuadro en si, quien lo iba a querer tener en la pared de su casa.
El cuadro lo entraron con todas las medidas de seguridad, como si de una gran obra de arte se tratara. En una sala iluminada se coloco, esperando ser visitado. Tenía algo especial, pensó, atrae de una forma que no puedes quitar los ojos del cuadro.
Las visitas al museo comenzaron a llegar, y ese día más de lo habitual. El cuadro tenia una negra historia. Todos los que lo habían poseído, morían de una forma extraña. El morbo de la gente es lo que los atrae al cuadro, pensó ella.
Un grupo de niños procedentes de un colegio especial, tenían una visita concertada esa misma mañana. Era un grupo de unos veinte niños. Normalmente, cuando los colegios visitaban el museo, se los vigila de cerca. Ese día, no fue así.
Cuando entraron en la sala del cuadro del ojo, se produjo un cortacircuito en el museo, apagándose todos los sistemas de seguridad y la luz en todas las salas. Los niños asustados algunos, otros tomándoselo más divertido, se pusieron a reírse de los que sentían miedo.
Un grito sonó, parecía que saliera del cuadro. Con la oscuridad, este comenzó a iluminarse y atraer la mirada de los más incautos niños. Quedando paralizados ante su gran ojo. En esa sala, una extraña luz azul ilumino el pasillo, siendo observado por el vigilante que salas más atrás se encontraba. Avisando a sus compañeros de lo que pasaba. Cuando se disponía a acercarse lentamente, la luz volvió al museo.
Hicieron el recuento de todo el museo, no faltando ningún objeto. Las cámaras de seguridad del museo percibieron algo extraño en esa sala, antes de que se fuera toda la luz, una aureola azul se desprendía del ojo saliendo como si fuera algo vivo.
Uno de los profesores que venían con el grupo de niños, se acerco a ella para comunicarla la falta de dos de sus niños. Nadie los había visto separarse del grupo, por lo menos, antes del apagón. Con las cámaras de seguridad y paso a paso, recorrieron todos los rincones del museo, no encontrando a los niños. Pensando que seguro que se asustaron y salieron corriendo de la sala hacia la puerta, abandonando el museo.
Los profesores llamaron a sus padres, comunicando el incidente. Pidiendo a los padres, que una vez llegaran los niños a sus domicilios, por favor les avisaran para dejar de buscar. Los niños nunca aparecieron. Las visitas al cuadro fueron suspendidas hasta nueva orden por la policía local. Hasta que se aclarara todo lo sucedido.
En un callejón, alguien reparte dos invitaciones al museo para ver un extraño cuadro….

lunes, 9 de julio de 2007



CRUCES BLANCAS 
 Entre la hierba verde, 
 montones de cruces blancas,
 me encuentro buscando una
 y mi nombre no aparece. 
 Miles de almas recorren 
 caminos antes marcados
, señalados están en
 sus tumbas, 
 con letreros ya colgados. 
 Tan altas son sus praderas 
 y sus llanuras anchas 
 que se encuentran rellenas 
 por entero de cruces blancas. 
 Muertos por honor, 
valor, hambre o balas 
 que todos se encuentran
 juntos en las mismas
 cruces blancas. 
 Tú nombre se haya escrito 
 dentro de una placa, 
 aunque aún no se ha colocado
 dentro de tú cruz blanca. 
 Los corazones con el tiempo 
 de recuerdos se separan 
 si le sumas las distancias, 
 encontraras las palabras.