miércoles, 7 de noviembre de 2007

El Baile en el Castillo



Cuando todo parece solitario y oscuro, dentro del castillo se encienden los candelabros. Se iluminan los pasillos y el gran salón de baile. Los invitados van despertando a la fiesta. Cuerpos inertes, comienzan a moverse. Dejando atrás sus ataúdes, desempolvando sus ropas y arreglándose los cabellos, se dirigen al puente que cruza el río para llegar al castillo. Por el camino se encuentran unos con otros, saludándose mientras avanzan. Las aguas del gran río caudaloso, no las pueden cruzar si no existiera aún el puente. Los vestidos de las damas, muestran sus telas que deberían encontrarse deteriorados por el tiempo, lustrosos y coloridos. Los caballeros mientras caminan, recolocan sus casacas al igual que los ribetes de sus camisas. En sus rostros, de tez blanquecina, se dibujan las sonrisas por la emoción de ser convocados al baile. Unos y otros, según llegan a la entrada, son recibidos por un mayordomo que les ofrece su bebida favorita en una copa de cristal. Según la beben, sus cuerpos son fortalecidos y su piel muestra un aspecto más vivo.

La música en la sala de baile ha comenzado. El sonido del clavicordio, violines, arpas, y con ellos, se da por abierto el baile. Todos se encuentran ya en la sala, colocados para danzar con el ritmo que se desprende de los instrumentos. Cogidos por los dedos de sus manos, avanzan según los pasos. Danzando unos con otros, celebrando estar todos juntos.

Ante el Minueto, las damas muestran el tacón de sus zapatos, levantando levemente el largo de la tela de sus vestidos. Los caballeros que con rosa en la boca, colocados frente a ellas, danzaran acompasando sus pasos. El 1 2: demi-coupé reconocidos por ambos.

Es su tiempo, su espacio, todos son bien recibidos. ¿Todos?...No. Sólo los invitados al baile. Aquellos incautos, personas de sangre caliente u otros seres, serán rápidamente presos o aniquilados. Se trata de una celebración de seres llamados “fríos”. Son respetuosos ante todo. Ellos, ante ningún concepto, entraran en casa de otros sin ser invitados; una vez invitados, qué se marchen o quieran hacerlo, será distinto.

Los bailes, se convocaran para celebrar, presentar a las nuevas adquisiciones, etc… y serán respetados por todos. Existen unas reglas que todos conocen, y se deben cumplir. En su finalización, todos abandonaran la sala y el edificio dónde se celebre el acto. Regresaran a sus lugares respectivos, sin dejar huellas de su paso.

Notas de autor: es algo que comenzó como historia, y luego modifique. No será del gusto de todos, por supuesto, pero si lo es del mío.

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