jueves, 16 de agosto de 2007



TRISTES PALABRAS
Y los rincones quedaron vacíos
oscuros lugares,
no se volvió a escuchar su risa,
ni su mirada encontró,
sus palabras se fueron
como llevadas por el viento.
cristalizaron sus caricias
helados quedan sus besos,
lágrimas rodaron
y se olvidó,
de los buenos momentos.
El reloj marco las horas
haciendo desaparecer
los sueños.
Sabía que tenía que ser así
que algún día eso sucedería,
nada dura para siempre.
Alejándose tras las nubes
sus pensamientos dejo volar
hubiera deseado no terminar,
pero debía dejarlo marchar.
El viaje sería largo,
y ya no le volvería a ver.
Sintiendo un dolor en su pecho,
le dijo adiós, sin más.

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