domingo, 4 de noviembre de 2012

KUAN YIN. CAPITULO X









                               
                                                          KUAN YIN










                                                            CAPITULO X                                            
                                                                                                                                                                                                                                 
LOS SUEÑOS
Mire a la puerta y la ventana justo al lado de la puerta. Me levante y asegure la puerta para que no se pudiese abrir desde fuera, colocando una de las mesillas que se encontraban a los lados de la cama. La ventana no se abre desde fuera, pero la asegure colocando la otra mesilla encima del pequeño mueble con forma de escritorio que había justo debajo de la ventana, al lado de la puerta. Quería poder descansar al dormir para recuperarme, así que antes , fui al baño. Por el color de aquellos sanitarios, llevaban bastante tiempo sin una buena limpieza a fondo. Me desnude y me di una ducha. El agua no estaba muy caliente, aún así resulto relajante.
Mientras estaba en la ducha, tenía la impresión de ser observada por alguien, pero allí no había nadie más que yo.
Salí de la ducha, me puse ropa limpia y me tumbe encima de la cama. El sueño fue llegando sin hacerse mucho de esperar.
las manos esposadas y aquellos cuerpos magullados colgando de los pies, esperando a ser liberados. Cosa que no ocurría. Cuantos desaparecidos y no encontrados, por terminar de cena o vendidos como órganos a un vulgar tratante de banco de órganos. Esperando a ser vengados y por eso, se mostraron en los sueños.
También se me mostró una mansión enorme y un circulo de piedras. Vi el corazón en mis manos y el objeto que buscaba, sin sufrir daños. Un objeto de marfil y un golpe fuerte...”
Una voz de mujer me decía al oído: Despierta, que ya viene...
Desperté sobresaltada, alguien estaba intentando abrir la puerta a golpes. Me levante de la cama de un salto y me coloque justo detrás de la puerta a esperar que entrara.
Todo estaba a oscuras, la puerta fue cediendo y de los empujones la mesilla se iba deslizando. Una figura oscura entró en la habitación esperando encontrarme en la cama. Yo le golpee por detrás y le deje inconsciente . Le quite las esposas que llevaba en sus manos y se las coloque. También llevaba una cuerda en su cinturón. Con ella le ate sus pies y sus piernas para inmovilizarlo.
Entonces aparecieron ante mi una sucesión de luces blancas que iluminaron la habitación y me fueron indicando el camino hasta lo que parecía un jardín detrás justo de allí. En el suelo, tapado, había una trampilla que abrí y unas escaleras para bajar. En la pared, en una oquedad, una linterna que cogí y al entrar, un montón de cuerdas colgadas del techo. Un fuerte olor a putrefacción y dos mesas grandes con correas. A un lado de ellas, dos arcones grandes de congelación. Iluminando el fondo, en una silla atada, el cuerpo de una joven. Con la cabeza hacía abajo. Me acerque y comprobé que aún estaba viva. Las pequeñas luces me rodearon y se fueron marchando una tras otra, para dejarnos a las dos a solas. La conseguí desatar y arrastrándola como pude sacarla de allí y subirla arriba. La chica llevaba aún un teléfono móvil en sus pantalones anchos. Marque entonces el numero de emergencias de su teléfono dejándolo así. Fui por mis cosas y marche para continuar con mi misión. 




                                                   
























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