vacaciones
en México
Carlos
y Marga llevan casados veinticinco años y han decidido que este año
se pueden permitir viajar a conocer un poco un país que siempre les
ha gustado conocer. Viajaron allí el día de su boda y los dos
dijeron que algún día volverían otra vez
Ahora
es el momento, dijeron. Los niños ya son mayores para salir solos y
nosotros podemos volver a recordar la primera vez que fuimos. Para
hacer más económico el viaje podemos invitar a venir a Julián y
Toñi. Le dijo Marga y a Carlos le pareció bien.
Carlos
llevaba un tiempo que no dormía muy bien. Se despertaba en medio de
la noche como si hubiera estado soñando con pesadillas, pero no
recordaba nada al despertar. Tampoco contaba que en algunas noches le
parecía que alguien entraba en la cama y le sujetaba por los brazos.
Asumía el no dormir bien con el estrés del trabajo. No contaba nada
a Marga para no preocupar la.
Marga
se encargaría aquella misma mañana en telefonear a su amiga y
ofrecerle su idea. A su amiga le encanto que pensaran en ellos,
agradeciendo a Marga una idea tan buena. Haciendo el viaje juntos, no
solo podrían conocer un país tan bonito, también irían a ver
sitios que de otra forma no conocerían.
El
viaje les haría recordar tiempos en los que todos eran adolescentes,
recorrer sitios en furgonetas y alojarse en sitios distintos y alguna
vez pasar la noche al aire libre.
Esa
misma noche, Toñi se lo contó a su marido al que le pareció muy
buena idea también.
De
los preparativos se ocupaba Carlos, que conocía a una persona que
trabajaba en una agencia de viajes. Le hablo de muchas opciones,
entre las que estaba el alquiler de furgonetas muy bien equipadas
para cuatro personas.
Al
cabo de unas semanas, con todo preparado hicieron las maletas y se
fueron para el aeropuerto los cuatro. El viaje se les hizo muy corto
en el avión y al llegar allí., ya tenían todo preparado.
La
furgoneta no es que fuera muy grande, pero si que les permitía poder
dormir y comer a todos juntos, aunque la idea era solo usarla para
eso de vez en cuando. Una vez que todo el equipaje estaba colocado,
ellos decidieron hacer el primer turno para conducir e ir a algún
sitio cerca de la carretera para comer. Pararon en un pequeño hostal
a comer y alquilaron una habitación cada uno para pasar la primera
noche. La cena la harían en la habitación de Carlos y Marga.
Horas
antes de la cena, Carlos estaba fumando un cigarrillo apoyado en la
pared blanca del hostal. Estaba con la mirada perdida en el
horizonte, sin darse cuenta de que se acercaba Julián.
¿Te
puedo acompañar?
Oh,
si. Que susto me has dado. No te he visto llegar.
Ya
me he dado cuenta. Estas mirando al infinito, que ni te das cuenta
de quien viene.
Estaba
pensando.
¿Te
preocupa algo? Si ha pasado algo o te puedo ayudar
pues
veras, te va a parecer una tontería, creo. Ni yo mismo se porque le
doy tanta importancia.
Dime
entonces.
Hace
un tiempo, y por favor, no se lo cuentes a nadie. Que tengo como
pesadillas. El caso, es que no he dicho nada a Marga para no
asustarla.
¿Asustarla?
Al
principio, eran pesadillas que no recordaba al despertar. Tan solo
me despertaba en la noche y luego volvía a dormir.
Ahora,
las recuerdo. Son horribles. En ellas hago daño a Marga. Es como si
fuera otra persona que entra en mí y me obliga a hacer cosas.
Bueno,
es un sueño que puede dar mucho miedo. Piensa que no es real, si te
preocupa mucho te aconsejo que vayas a un medico.
¿Qué
piensas que me van a decir si voy a un medico con un sueño?
Pues
hombre, no lo se. Lo más seguro es que te de algo para que duermas
y no te preocupes más.
Se
que no hay que dar mucha importancia, pero me resultan tan reales.
Despierto envuelto en sudor, aunque en el sueño veo mi cuerpo
cubierto de sangre.
Si
fueras otra persona, te diría que dejases de ver películas de
terror. Conociendo como te conozco, se que no te gustan y eres
incapaz de verlas.
De
todas formas, si esta noche escuchas algo raro , te pido por favor
que entres a ayudarme o pidas ayuda.
No
voy a escuchar nada, yo suelo dormir como un lirón. Jeejejeje.
Continuaron
con la conversación, contando el sueño tal y como lo recordaba. Al
escuchar, los ojos de Julián se abrieron como platos al escuchar. En
ese momento llegaron las mujeres y la conversación ceso.
Por
la noche, mientras se estaban arreglando para ir a la habitación
contigua para cenar, Toñi pregunta a Julián de que estaban hablando
cuando ellas llegaron. Él elude la pregunta no queriendo contestar.
Aunque termina por contar un poco de esa conversación a su mujer.
Ella promete no decir nada a su amiga durante la cena, aunque más
bien, no dirá nada por no llegar a creer nada de lo contado por su
marido.
Son
ya las nueve y media , ¿Te quedá mucho cariño?
No,
ya estoy preparada.
Las
habitaciones del lugar donde se han alojado son muy frescas, no muy
amplias, pintadas de blanco. Sus paredes parecen creadas directamente
de rocas. Son como pequeñas cuevas blancas, adosadas unas con otras.
Es un lugar tranquilo, no hay mucha gente. Tienen un pequeño bar
donde se reúnen a comer y cenar, o se pide comida para la
habitación. Al pasar frente al bar, se dan cuenta de que dentro hay
mucha gente y parece que están celebrando algo.
No
tardan en llegar a la habitación de sus amigos. Llaman a la puerta y
sale Carlos a abrir. Una vez dentro, se asombran de lo bonito y bien
colocado que han dejado la mesa. Una mesa auxiliar no muy grande,
pero suficiente, que les ha facilitado el servicio.
Las
mujeres van al baño. Hoy Marga no se encuentra muy bien. Se siente
algo rara en ese sitio. Quiere convencer a su amiga de que tienen que
marcharse enseguida de allí.
Carlos,
habla entonces con Julián sobre eso y sus sueños. Le dice, que por
favor, le ayude. En ese momento, un golpe muy fuerte suena en la
puerta. Las mujeres salen asustadas del baño para ver que ha pasado.
Ellos, están mirando frente a la puerta. Carlos le dice a su amigo
que así empieza en sus sueños. Julián está verdaderamente
paralizado.
La
puerta, en ese momento, se abre de golpe dejando pasar un viento muy
frío en la habitación. Carlos le dice a su amigo que salga
inmediatamente de allí y pida ayuda. Julián, coge a Toñi de la
mano, que en ese instante estaba picando unas patatas fritas del
plato y la saca de allí. Se van directamente al bar. Toñi termina
el puñadito de patatas que llevaba en los dedos y le pregunta que
porque se van. El no la contesta. Una vez dentro del bar, el sonido
de la música hace que el camarero no le escuche cuando Julián le
pide ayuda. La gente está celebrando una fiesta, todos cantan. A
pesar del bullicio del bar, se pueden apreciar los gritos y golpes
que proceden de la habitación de sus amigos.
Intentan
pasar al fondo del bar, que no es muy grande, pero de la gente que
hay, les cuesta llegar.
Alguien
dice:
Mira,
seguro que también están celebrando algo en alguna habitación. Por
los ruidos que se escuchan, tienen que ser muchos y se lo pasan a lo
grande.
Al
llegar al fondo del bar, Julián no puede parar los gritos, los sigue
escuchando como si se encontraran dentro de su cabeza. De repente,
todo cesa. Un silencio se hace dueño del lugar. Los ojos de Julián
se vuelven a abrir, ahora más que nunca lo hubieran hecho. Sus
pupilas han quedado fijas en algo que hay apoyado en la pared. Se
trata de un hacha que hay en un rincón y está manchada de sangre...